martes, 29 de noviembre de 2011

La Navidad de Moreno. Por Gonzalo Neidal

Si hay un icono que ha atravesado todas y cada una de las décadas que nos separan del peronismo primigenio, ha sido el pan dulce y la sidra navideños.
Los detractores señalaban a ese combo como una muestra simbólica de la demagogia peronista, de la dádiva otorgada desde el poder para conquistar voluntades y votos. El peronismo, en cambio, lo lucía con orgullo, como un emblema de la preocupación del estado hacia los más necesitados, hacia los pobres.


Casi setenta años después, el peronismo no ha podido despegarse de aquel gesto navideño fundacional. Ni parece querer hacerlo. Por eso, cuando se avecinan las fiestas de Fin de Año, se monta una representación tendiente a demostrar cómo, con poquísimo dinero, los pobres pueden acceder a un festejo digno y satisfactorio.

El anuncio esta vez nos llega de la mano del Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que anunció sidras a menos de 3 pesos, canastas navideñas por 11 pesos y además nos comunicó que, felizmente, una familia tipo podrá nutrir su mesa navideña por tan sólo 100 pesos.

El rito anual, pues, se ha cumplido nuevamente. Los pobres tienen asegurada, por monedas, una mesa navideña.

Es curioso que, tras casi una década de crecimiento extraordinario (en todos los países emergentes y también en la Argentina), el “modelo” de largo y agobiante nombre no haya logrado que estos anuncios desopilantes se tornen ociosos. Que no haya podido suprimir la necesidad de un anuncio que resulta a todas luces carente de realismo y distante de los costos reales de una cena digna.

¿Acaso se puede decir cualquier cosa sobre los precios de una cena navideña? Aparentemente, sí. Por el momento, sí.

De todos modos, promocionar como un triunfo del modelo la posibilidad (ya dijimos que fantasiosa) de poder festejar la nochebuena con 100 pesos, denota, cuanto menos, que la mentada redistribución del ingreso no ha sido coronada por un éxito demasiado robusto.

Existe la posibilidad, también, de que Moreno y el gobierno tengan una idea poco generosa acerca de la comida a la que deben acceder los pobres para estas navidades. Aunque no tenemos fundamentos para afirmarlo seriamente, pensamos que ni Moreno ni los muchachos de La Cámpora podrán sortear los costos de sus rspectivas celebraciones navideñas con tan módica cifra.

Tan empeñoso como es, Moreno podría ayudarnos en su intención de ahorro. Por ejemplo, podría subir a Internet una foto de su propia cena de nochebuena, poniendo como epígrafe el detalle de los alimentos que la componen, con sus respectivos costos.

En ese caso, tendremos que rendirnos ante la evidencia que él es mucho más inteligente y hábil que nosotros para hacer sus compras.

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