lunes, 8 de diciembre de 2008

Cuando el viento sopla para el otro lado. Por Gonzalo Neidal


Un año de Cristina Kirchner en el gobierno. Por así decirlo.Ya, sin pudores, es Néstor el que gobierna. El que dice y hace. El que enfrenta a la oposición y a los grupos económicos. El que aparece cuando las papas queman.Pero aunque esto pueda resulta escandaloso en cualquier otro país, en la Argentina lo estamos aceptando sin mayores quejas. Alegamos realismo político y admitimos que alguien que no ha sido votado, gobierne. La prolijidad institucional se sacrifica en el altar de lo funcional.Este año que se va yendo es el año en que cambiaron drásticamente las condiciones internacionales. Hasta la crisis internacional, eran óptimas para cualquier gobernante del mundo: liquidez internacional, altos precios de los commodities, demanda sostenida para todos los productos. Una maravilla. El sueño de cualquier gobernante.


Este año que se va yendo es el año en que cambiaron drásticamente las condiciones internacionales. Hasta la crisis internacional, eran óptimas para cualquier gobernante del mundo: liquidez internacional, altos precios de los commodities, demanda sostenida para todos los productos. Una maravilla. El sueño de cualquier gobernante.Eso nos permitió crecer a tasas insólitas.Y Kirchner logró que todos pensaran que se trataba de un mérito exclusivo de su gobierno. Argentina crecía por sus aciertos económicos. La gente, aunque sospechara que no se trataba de las genialidades del gobierno, es remisa a cambiar su voto cuando las cosas marchan medianamente bien. Si el obrero y el empleado tienen trabajo, si los sueldos son aceptablemente adecuados, si el comerciante vende, si el industrial puede producir… entonces ¿para qué cambiar? Pues bien, ahora las cosas han cambiado por factores, principalmente, externos.Ahora las condiciones para gobernar son otras muy distintas a las existentes en los 5 años anteriores.Los grandes países ya viven una recesión importante. Casi no circulan capitales y los que hay son muy precavidos. Los precios de los bienes que producimos han caído de manera estrepitosa.Se viene un tiempo -no sabemos cuan prolongado- en el que habrá que gobernar con viento en contra.Y el gobierno tiene razón cuando dice que él no tiene la culpa de muchas de las cosas que están pasando. Es verdad.Pero la gente no suele atender estas razones al momento de votar.Y eso tiene cierta lógica: si ahora me va mal es porque el gobierno no está encontrando la fórmula, entonces lo mejor es votar, esperanzadamente, a otro. Así se piensa.El viento en contra pone nervioso a cualquiera. Pero a este gobierno de un modo especial. Los Kirchner no están acostumbrados a gobernar en condiciones desfavorables. Se desesperan.Toman medidas todos los días.Formulan anuncios cada mañana.Ponen, prematuramente, toda la carne en el asador.Prematuramente, porque esto parece que recién comienza. Quizá para el final de las vacaciones estemos ya transitando más plenamente el temporal económico.Si fuera así, ya no quedará nada para hacer en ese momento.Ni obra para anunciar.Para colmo de males, el estrechamiento fiscal y comercial va empujando hacia la eliminación de los subsidios, a la vez que la elevación del tipo de cambio.El viento en contra es así: trae todos los problemas juntos.Ahora vamos a ver la habilidad política de los que gobiernan.Los tiempos fáciles han terminado. Está llegando la hora de la verdad.Cristina Kirchner ha superado su primer año.Muchos deseamos que los tres que faltan pasen rápido.


Publicado en La Mañana de Córdoba. Lunes 08-12-2008.

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