miércoles, 28 de marzo de 2012

De Perón a Chávez, fieles al guión populista. Por Enrique Krauze

El populismo latinoamericano moderno es una novedad del siglo XX, que implica el contacto directo entre un líder (el caudillo) y “su” pueblo. Figuras tanto de izquierda como de derecha pueden reivindicar su paternidad.
El general Juan Domingo Perón fue la quintaesencia del populista. Había sido testigo del ascenso del fascismo y admiraba a Mussolini. Hugo Chávez es un populista posmoderno, cuyo héroe es Fidel Castro. Los dos extremos constituyen facetas del mismo fenómeno, que se identifica, no por ideología, sino por la forma en que funciona. He aquí sus características esenciales: Exalta al líder carismático.
Siempre hay un hombre “elegido por la providencia” que resolverá los problemas de la gente.
Habla constantemente al pueblo y enciende pasiones, y lo hace sin limitaciones.
De Mussolini (y Goebbels), Perón aprendió la importancia política de la radio, que él y Evita utilizaron para hipnotizar a las masas . Chávez superó a su mentor Castro en su utilización frenética de la televisión .
Los líderes populistas crean su versión de la verdad. Estos gobiernos interpretan “la voz del pueblo” y elevan sus interpretaciones al nivel de verdad oficial. A la vez, desprecian la libertad de expresión.
Confunden la crítica legítima con hostilidad y tratan de descalificarla, controlarla o acallarla.
El líder populista latinoamericano no tiene paciencia con las sutilezas de la economía. El tesoro nacional es su patrimonio privado.
Puede usarlo para proyectos que considera importantes, o puede usarlo para su enriquecimiento personal. Tiene una concepción mágica de la economía .
Distribuye riqueza gratis: polariza sus contribuciones y espera que se las devuelvan en obediencia . Crea una falsa idea de la riqueza y entroniza una cultura de generosidad pública. Y a la larga, ¿quién paga la deuda? Se opone a “los ricos”, pero atrae a “empresarios patriotas”, que apoyan al régimen.
No elimina al mercado por la fuerza: subordina a sus agentes y los manipula .
Demoniza sistemáticamente al “enemigo exterior”. Inmune a la crítica y alérgico al autoexamen, el régimen necesita desviar la atención hacia chivos emisarios que puedan ser culpados de los fracasos.
Chávez despotrica contra una invasión estadounidense que es probable solo en su imaginación, pero en la cual un importante sector de la población venezolana ha llegado a creer.
El populismo latinoamericano no respeta el orden legal. Socava, controla o anula las instituciones de la democracia liberal. El populismose opone con firmeza a las limitaciones del poder , que considera contrarias a la “voluntad popular”.
Las razones del avance de estos movimientos son complejas. Permítaseme mencionar dos. Tienen profundas raíces en una noción histórica de “soberanía popular” que los pensadores neo-escolásticos de los siglos XVI y XVII propagaron en todo el imperio español y que tuvieron una influencia decisiva en las guerras de independencia. Además, este tipo de populismo nunca se vuelve totalmente totalitario y es capaz de nutrir una ilusión engañosa de un futuro mejor. Disfraza los desastres que provoca, posterga el análisis objetivo de sus acciones, somete a los críticos, adultera la verdad y corrompe y degrada el espíritu público.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bravo! Muy bien expresado y resumido. Favor tambien tomar en cuenta al hoy presidente ecuatoriano, maestro en las artes del populismo. Cuan acertado estaba Montesquieu(1689-1755), el Escritor y político francés cuando dijo:
"No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia."
Un pequeño detalle aparte: Se trata del siglo XXI, ya no del XX.
Rodrigo

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