viernes, 10 de diciembre de 2010

Un voto cantado para la señora presidenta. Por Carlos M. Reymundo Roberts


Estoy feliz: por primera vez en mi vida, un año antes de las elecciones ya sé por quién voy a votar. Votaré por la Presidenta. Sí, decididamente, quiero su reelección. Y ojo que lo mío no es conmiseración, mucho menos descarte y tampoco es voto-cuota, si bien, como cualquier argentino medio, he cambiado la heladera, la PC y el televisor gracias a esos magníficos planes de 60 cuotas fijas. El mío es un voto meditado, positivo, convencido e incluso entusiasta. La quiero a ella y quiero que gane.
¿De dónde me viene este repentino kirchnerismo, esta súbita conversión a la causa cristinista? Pues me viene del último mes. Repasemos:
1) La señora -es decir, mi Presidenta- ya acordó una negociación con el Club de París para saldar la deuda y que el país vuelva a los mercados y vuelva a ser confiable para los inversores; eso significa que no va a darse un atracón con otra caja de acá, como le gustaba a su marido, sino que intenta hacer lo de cualquier país serio: obtener financiación razonable de los que te prestan porque confían en vos; y además quiere salir del default con el Club en seis años, y no repetir aquel absurdo pago al contado al Fondo Monetario Internacional de 2005.


) La señora ya arregló también con el FMI, que supervisará las cuentas y hará un nuevo índice de inflación (pensar que Néstor le había pagado todo cash precisamente para no tener que pasar por sus auditorías).
3) Mi Presidenta se plantó en la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata y logró defender a capa y espada a Estados Unidos, blanco de todos los países alineados con la causa bolivariana; qué alegría me dio comprobar que de un lado estaban la Venezuela de Chávez, la Bolivia de Evo, el Ecuador de Correa y la Cuba de Castro, y, del otro, la Argentina de Cristina, jurándose que toda esa zurda no iba a pasar, y no pasó.
4) Mi Presidenta deja actuar a la Justicia (más que dejarla, la alienta) para que persiga a Moyano por la causa de la mafia de los medicamentos; era hora de que alguien se le plantara a este señor, que con Néstor había adquirido demasiado poder. Las cosas allí están volviendo a su lugar.
5) A la señora no le tembló el pulso para reconocer al Estado palestino, siguiendo a pie juntillas lo que acababa de hacer Brasil. También aquí hay una diferencia con el ancien régime , en el que bastaba que Lula hiciera algo para que la Casa Rosada hiciera lo contrario.
6) La señora sigue atrapada por los discursos, pero ya no usa el micrófono como ametralladora. Se la ve encantada con sus ondas de amor y paz, hablando como quien no se permite bajar al fango de las peleíllas de tablón. Si bien sus discursos no se han convertido en homilías, ha dejado de lado la barricada y no pierde más el tiempo con esos terribles y permanentes ataques a los diarios, que hablaban mucho peor del atacante que de los diarios.
7) Por primera vez en siete años de kirchnerismo, la oposición acaba de ser invitada a un acto oficial (el anuncio del hallazgo por parte de YPF de un nuevo yacimiento de gas). ¿Cristina en una foto con Macri? ¿Cuánto hace que no está Néstor: un mes o un año?
8) Daniel Scioli obtuvo el permiso de Olivos para organizar un imponente quincho en su residencia oficial de La Plata, al que asistieron Moyano y 200 dirigentes del PJ bonaerense (intendentes, ministros, legisladores, concejales?). Como dijo un malvado, hasta hace unas semanas Scioli "no podía organizar un té canasta". La señora no es el señor: deja que los políticos hagan política.
9) El Gobierno se propone autorizar el aumento de tarifas de servicios públicos, una herejía antes de la partida del ex presidente.
(La décima razón es absolutamente personal, y por eso la pongo entre paréntesis: debo reconocer que me ganaron los bloggeros K. Después de meses, años, de ser hostigado, maltratado y humillado por cada nota que escribía, ahora quiero un poco de paz; quiero leer tranquilo los foros, y que mi familia también pueda leerlos sin asustarse. A partir de esta nota, pido oficialmente que los bloggeros K me consideren un compañero. Y tranquilos, que no pido sueldo.)
Ya se ve, entonces, que mi Presidenta está decidida a hacer las cosas con su estilo, con su impronta, sin importarle un rábano si eso la aparta del credo oficial. Es lo que me gusta: está haciendo lo que ella quiere. Por cierto, algunas de las medidas comentadas, como el sometimiento al Fondo o la defensa irrestricta de los intereses norteamericanos, me parecen excesivamente derechosas. Pero bueno, ya irá encontrando el punto justo.
Por todo eso, yo la voy a votar. ¡Qué alegría, por una vez juego a ganador! Bueno, en realidad no estoy tan seguro. Si la señora sigue así, cada vez más Cristina Fernández y cada vez menos Cristina Kirchner, ¿cuántos kirchneristas la votarán?

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