jueves, 22 de septiembre de 2011

Monotributeando. Por Gonzalo Neidal

Se acerca un momento que se repite al final de cada gobierno municipal: quienes prestan servicio al municipio en forma precaria, quieren ser tomados como empleados efectivos.
Antes, estos empleados se denominaban de “planta transitoria”, luego pasaron a facturarle sus servicios a la Municipalidad como monotributistas. A menudo, son los empleados que cada gestión incorpora para pagar favores políticos a los que militaron para que el intendente llegue a donde está.
Giacomino ha dicho que él no le hará a Mestre lo que el anterior intendente, Luis Juez, le hizo a él: nombrar como efectivos a todos los empleados que estaban en esta situación precaria.


Si Juez nombró a todos los que había, cabe preguntarse de dónde salieron los que están ahora. La respuesta no puede ser sino una: los ha nombrado el propio Giacomino.

El intendente piensa que se comporta como un verdadero estadista al no pasar a contrato o a planta permanente a los que ahora son monotributistas y que buscan, como él mismo acaba de decir, transitar los pasos hacia su nombramiento efectivo. La realidad es otra: aunque no los designe, le hereda a Ramón Mestre un problema delicado. No los nombra pero los deja ahí, monotributeando al futuro intendente.

Perdón, contra el futuro intendente.

Hay un problema de la política que abarca todos los niveles y que no estamos pudiendo resolver en ninguno. Y menos aún en la Municipalidad, donde está exacerbado: cada nueva autoridad “necesita” nombrar a una gran cantidad de amigos, punteros políticos barriales, amigos de estos punteros, militantes, etcétera.

Estar en el poder es muy ventajoso para cualquier partido político: le permite –de muy diversos modos- mantener la estructura partidaria, contar con fondos, rentar militantes. En definitiva: utilizar los fondos públicos para fortalecer su fuerza política. Todos sabemos que esto ocurre pero nos hacemos los giles. Decimos: “bueh… al menos que haga un buen gobierno”. O bien… “total… todos roban”.

Pero claro, nombrar como efectivos en la planta municipal a los pobres trabajadores que han soportado la humillación de trabajar largos años en condiciones precarias no es robo. Al contrario: es tener sensibilidad social, preocuparse por los que menos tienen, luchar por condiciones de trabajo dignas para todos los trabajadores, etcétera, etcétera.

Claro que no todos los trabajadores precarios provienen de la fuente que indicamos. Hay quienes son esforzados empleados y ponen lo mejor para servir al pueblo de Córdoba. Pero todos sabemos de qué estamos hablando.

Si un político dijera esto, no lo vota nadie. Por insensible y derechista. Además, porque él mismo hará algo parecido cuando llegue al gobierno.

Todos sabemos que así funciona la política.

Pero todos nos callamos.

Total, qué importa: es un tema que tenemos que discutir solamente cada cuatro años.

Mientras tanto, seamos felices.

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