domingo, 7 de marzo de 2010

Lo que se discute es quién se hace cargo del ajuste. Por Daniel V. González

(Publicado en La Mañana de Córdoba el viernes 05/03/2010)

En cadena nacional, la presidente Cristina Kirchner dijo que ella quiere pagar la deuda pública y que la oposición no deja que lo haga.
¿Es esto lo que se discute? Creemos que no. Sería muy irresponsable que la oposición se negara a pagar la deuda del estado.
Lo que se discute es otra cosa: cómo se paga la deuda pública.
Y, sobre todo, quién se hace cargo del ajuste sobreviniente.
Rebobinemos un poco. Los fondos para el pago de la deuda ya están previstos en el presupuesto nacional de 2010. Este Fondo del Bicentenario se creó, en un principio, para “garantizar” el pago pero luego derivó rápidamente en un sinceramiento: el gobierno tienen la intención de pagar los vencimientos de la deuda pública con reservas.
¿Por qué quiere hacer esto el gobierno? Muy sencillo: de ese modo podrá utilizar los fondos previstos en el presupuesto de 2010 para otros gastos (obra pública, planes sociales, etc.) y, de ese modo, alivianar los rigores de una situación económica que se tornaría áspera sin el aporte de las reservas. Al pagar la deuda con ahorros, el gobierno se evita el ajuste que significa sacar de circulación 6.000 millones de dólares.
La oposición, que piensa que ocupará la Casa Rosada en el próximo turno de gobierno, no quiere que el inevitable ajuste económico que sobrevendrá, deba hacerlo el nuevo gobierno. Quiere que sea este gobierno y no el siguiente el que pague el costo político de la estrechez.
Uno dice del otro que tiene “ánimo destituyente”.
La oposición podría responder que, desde el oficialismo, hay “ánimo destruyente”, en el sentido de que se quiere apelar a las reservas con la vista puesta en el cortísimo plazo, sin preocuparse por lo que venga en el futuro tras el cambio de guardia en el gobierno nacional.
El actual gobierno quiere pasarle el problema al que lo suceda.
La oposición quiere que el ajuste sea realizado por los Kirchner.
Y eso es lo que se está discutiendo en este momento, no otra cosa.
Algo para reflexionar: ¡qué bien nos vendría tener en caja los 10.000 millones que le pagamos anticipadamente al FMI!
Este pago fue una bravuconada de cuya ineficacia ahora estamos teniendo pruebas definitivas. El pagar esa deuda antes de su vencimiento, pactada a bajísimas tasas, nos obligó a tomar fondos a un costo cuatro veces mayor. Pero no sólo eso: ahora, que verdaderamente necesitamos el dinero, no lo tenemos y entramos en complicaciones que, inclusive, podrían derivar en chisporroteos institucionales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario