martes, 29 de mayo de 2012

Prever lo que puede venir. Por Orlando Ferreres

El principio del placer de Freud es la tendencia a buscar la inmediata gratificación de los deseos. Y nos dice Jon Elster en su libro "Explaining Social Behavior"(2007), capitulo 6 "Miopia y Previsión": Una manifestación de esta tendencia es la adopción de la creencia que uno está en la verdad en lugar de la creencia de que está soportado por la evidencia.
Expresiones de deseo me hacen sentir bien aquí y ahora, aun cuando me hagan caer pesadamente de cabeza más tarde. Y agrega que este principio dicta que se elige aquello que da más placer o beneficios en el primer período, aunque después traiga problemas en años futuros. Y agrega: El ser humano puede hacerlo mejor, tratando de prever las consecuencias.

En economía no se puede elegir la opción de los beneficios inmediatos, seguidos de tremendas crisis después
En economía es así, no se puede elegir la opción de los beneficios inmediatos, seguidos de tremendas crisis después, aunque haya muchos dirigentes que no hacen más que eso. Nuestros dirigentes decidieron pesificar y congelar los precios de los servicios públicos por 9 años, y ahora nos encontramos sin gas, sin petróleo, sin electricidad, sin rutas, sin trenes, sin subtes (nadie incluso quiere administrarlos para no hacerse responsable del aumento de las tarifas). El congelamiento de precios frente a subas internacionales de 5 veces en el mismo período tiene finalmente sus consecuencias, pero la pasamos bien unos cuantos años ¡Quién nos quita lo bailado! Es una gran miopía y una falta muy grande de previsión.
Gobernar es prever lo que puede pasar para tratar de evitar o neutralizar las cosas negativas que podrían surgir. No es hacer un movimiento político, ni tampoco no tomar ninguna medida impopular para que la gente me vote. Si hacemos esto, nos puede ir mal al final, aunque en el medio saquemos muchos votos y tengamos buena imagen. Esta imagen buena en el presente puede ser efímera; hay que mirar la imagen final, que es la que definitivamente queda, como lo ha comprobado más de uno en las altas responsabilidades del país, quienes en su momento gozaron de esa efímera y buscada alta imagen y hoy están de rodillas.
Para el populista hay que consumir más hoy y eso va generar más actividad y mayor consumo en el futuro
Invertir para estar mejor en el futuro es el gran secreto del crecimiento. Pero para ello hay que consumir menos en el presente. El populista no acepta esta idea. Para el populista hay que consumir más hoy y eso va generar más actividad y mayor consumo en el futuro. Para un populista esta es una verdad indiscutible que también atrae votos. Con estos votos se refuerza la idea de que es verdad, que hay que consumir hoy sí o sí, aunque sea con tremendos subsidios. ¿Cuál es la verdad? Con el tiempo los subsidios se vuelven impagables, retornan las crisis periódicas y la gente cae a un nivel de consumo menor que el que podría tener, cae otra vez en la pobreza. Sus altas expectativas se diluyen en nuevas realidades más bajas que lo esperado y el enojo puede ser muy grande debido a que la frustración es aún mayor.
Con el tiempo los subsidios se vuelven impagables, retornan las crisis periódicas y la gente cae a un nivel de consumo menor que el que podría tener
La última vez que pasó esto, en la crisis de 2002, les dijeron a los dirigentes políticos: "que se vayan todos", pero no se fue ninguno y siguieron con las mismas imprevisiones. Siguieron con sus listas sábana, con los candidatos digitados por el dedo del que controla el partido, sin internas democráticas, sin ningún cambio. Algunas caras nuevas, pero los mismos procedimientos, los mismos métodos, los mismos vicios que conducirán a los mismos resultados.
No podemos repetir otra vez los mismos errores. Es necesario pensar en el futuro y prever el mejor sendero sostenible para nuestro país. Con los recursos que tenemos es imposible no crecer y tener un nivel de vida que esté entre los ocho principales países del mundo como fue en el pasado. Lo hemos perdido por falta de previsión, por mirar el corto plazo político, por errores e improvisación, por no ver y estudiar la realidad de aquellos países a los que les va bien, y aprender de ellos. Queremos inventar lo que ya está inventado. Así nos va. ¡Cambiemos!.

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