viernes, 15 de mayo de 2009

Todos los presidentes fueron parodiados. Por Nik

(Nota aparecida en el Diario La Nación, hoy)

La historia argentina tiene una riquísima trayectoria en cuanto a sátira política se refiere. Desde la publicación de El Mosquito (1863) o Caras y Caretas (1898), todos los presidentes de la Nación, sin excepciones, fueron retratados irónicamente en algún medio.
Basta rememorar casos notables como Tía Vicente de Landrú, los recordadísimos programas de Tato Bores, o el caso de la revista Humor , donde desfilaron en forma de caricatura todos los Presidentes de facto de la última dictadura militar.

En nuestra historia más reciente, las imitaciones de Raúl Alfonsín, Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde han sido moneda corriente en los programas humorísticos de la televisión argentina. Esta semana, todos celebramos la vuelta del humor político a la pantalla chica de la mano de Marcelo Tinelli en el segmento "Gran Cuñado" luego de varios años de ausencia de este tipo de imitaciones.
En este contexto, el Ministro de Justicia de la Nación, Aníbal Fernández, declaró primero que la imitación de la Presidenta habría que "regularla" y hoy agregó sobre el tema que lo mejor sería "dejar a un costado" la caricatura de Cristina Fernández de Kirchner.
Uno de los valores indispensables de toda democracia es la libertad de expresión y el derecho de todos sus ciudadanos a informarse, enterarse o entretenerse.
Mucho dolor y mucha sangre nos costó a todos los argentinos recuperar estos derechos.
Justamente por eso, llaman aun más la atención estas declaraciones llegadas desde un gobierno que paradójicamente hizo de los derechos humanos una bandera, y que nos recuerda constantemente, y con razón, los males padecidos por nuestra sufrida República en las épocas oscuras en las que nadie podía expresar con libertad lo que realmente pensaba.
El autor es humorista político y guionista de "Gran Cuñado"

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