lunes, 12 de septiembre de 2011

No te gastes, Sergio. Por Gonzalo Neidal

(Nota publicada en Diario Alfil de Córdoba, 12/09/2011)
Sergio, leí todo lo que dijiste.
Miré todas las fotos.
Me encantó, incluso, la puesta en escena. Tu look me pareció impecable. Vestirte de negro fue un acierto. El negro es un color amenazante. Que inspira respeto.
Y llegar a la sede de la Revista Noticias en una Kawasaki Ninja, color negro, más aún.
Y en el reportaje que les concediste, dijiste de todo.
Y dejaste entender que sabés más cosas que, por ahora, callás.
Nos quedó todo claro.

De salida nomás, te tirás contra Oyarbide. Un juez al que le caen todas las causas complicadas para el gobierno. ¿Manipulación? No: es la suerte de los campeones.


Contás que la Fundación de las Madres, la de Hebe, pagó gastos de campaña de Abel Fatala y de Amado Boudou. Y que de ahí salieron los fondos para pagar colectivos, catering y otros gastos de la actividad política presidencial.

Respetuosamente, Sergio. Eso que contás… ¿a quién puede interesarle? Todos sabemos o sospechamos que las Madres despilfarran dinero público que el gobierno les cede a manos llenas. Pero ¡son Las Madres! ¡Son unas luchadoras contra la dictadura! ¿Cómo pretendés que vayamos a pedirle que rindan cuentas de sus gastos? Se supone que todo lo que pagan, sea lo que sea, lo hacen por el bien de la Patria y la vigencia de los derechos humanos de todos nosotros.

Incluso los trabajadores de la Fundación, que no cobraron, deben estar felices por su contribución a la Gran Causa Nacional.

¿Decís que Hebe tiene cuentas en el exterior? Bueno… ¿acaso pretendés que ella carezca de dinero para luchar contra las injusticias que nos acechan?

Denunciás que existe una gran corrupción, en todos los niveles y en toda la obra pública. Incluso decís que eso sucede desde los tiempos de Néstor, el desaparecido número 30.001, según un recordado discurso tuyo.

Contás que Alejandra, la hija de Hebe, cobraba dinero de la Fundación desde hace años, sin hacer nada. Y que ahora vive en una casa de 380.000 dólares.

Según tu relato, tenemos la sensación de que todo lo que rodea a la Fundación de las Madres y a varios niveles de gobierno, está corrompido hasta los tuétanos. Y que vos eras el único hombre ético en ese mar de corrupción. Entonces, claro que sí, comprendemos que te hayas tenido que retirar de ahí, aunque te haya dolido. Corrías el riesgo de que tu prestigio se viera afectado ante tanto delito que te rodeaba.

Pero tenés que tener el claro una cosa, Sergio.

No es importante lo que contás.

Fijate vos: ni Oyarbide, cuya probidad está fuera de discusión, le ha dado importancia.

Nadie se indigna por tus revelaciones. Todos sabemos lo que pasa. O lo sospechamos.

Para la Argentina de hoy, tanto despilfarro y tanto robo, son monedas. Que la hija de Hebe se compre otra casa de millonarios y otra camioneta como la que guarda escondida. Eso no nos interesa.

No te gastes, Sergio. A nadie le importa lo que estás contando.

Estamos en otra.

Y seguiremos sin preocuparnos por nada de esto.

Al menos, mientras la soja siga a más de quinientos dólares la tonelada.

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