lunes, 13 de agosto de 2012
Privilegios e iniquidades. Por Gonzalo Neidal
Nuevamente
las jubilaciones están en discusión. La presión sobre Córdoba por parte de
Cristina Kirchner está arrojando sus primeros resultados: el gobernador De la
Sota tuvo que tomar el toro por las astas y aceptar que, como están las cosas,
no puede pagar el 82% móvil a los jubilados provinciales.
Esto
significa que se vienen semanas o meses de paros, movilizaciones, reclamos y
condenas por parte de los gremios. Es que Córdoba era la provincia soñada para
los jubilados del estado: cobran igual que un empleado en actividad.
Un
médico cordobés, un contador, un abogado, un arquitecto que trabajan en el
sector privado, todos ellos con cajas propias, con todos los aportes
realizados, cobran jubilaciones que oscilan entre los 2.000 y 3.000 pesos,
todas ellas muy lejanas a los que gana un profesional en actividad.
Por
otro lado, un obrero industrial, un empleado de comercio o un comerciante
jubilados por las cajas nacionales, también están muy lejos de lo que cobran
sus similares en actividad. Casi el 80% de los jubilados nacionales perciben la
jubilación mínima, que asciende a unos 1.800 pesos mensuales, cifra que llena
de orgullo a la presidenta pues la ha destacado en sus últimos discursos, al
anunciar un aumento a los pasivos.
Mientras
tanto en Córdoba, los jubilados de la empresa de energía (EPEC) cobran haberes
jubilatorios que llegan hasta un promedio de 25.680 para el decil más alto (10%
que más cobra), con un promedio mensual de $13.380 pesos. Otro dato: el 80% de
los jubilados de EPEC cobra más de $9.200 pesos de haber jubilatorio.
No
les va tan bien a los pasivos docentes: su haber promedio llega a 6.500 pesos.
En el caso de los empleados de la administración pública, la cifra promedio es
de 5.400 pesos. Muy lejos de los 13.380 que cobra en promedio un jubilado de
EPEC pero, de todos modos, una buena jubilación si se las compara con las
nacionales o con las cajas de profesionales.
Uno
podría preguntarse por qué existen estas disparidades. ¿Acaso los docentes, los
empleados de EPEC o los bancarios provinciales han sido más hábiles para
manejar sus cajas? ¿O acaso han realizado mayores aportes durante sus años de
actividad? No, nada de eso ocurre. Sucede solamente que la provincia de
Córdoba, o sea el pueblo de Córdoba, paga la diferencia entre uno y otro haber.
¿Existe
alguna razón moral, ética o laboral para que un jubilado de EPEC cobre, por
ejemplo, 20.000 pesos y un jubilado de cualquier otro rubro llegue a apenas una
quinta parte de esa cifra o, en el caso de los que perciben la jubilación
mínima, menos de la décima parte?
¿No
es acaso la equidad algo que todos los gremios tienen como estandarte en sus
luchas? ¿No es la igualdad algo por lo que gritan hasta la afonía? ¿Consideran
los gremios de Córdoba que esta situación es justa y equitativa?
Las
cajas de jubilaciones se han tornado complicadas en todo el mundo. Ellas han
contribuido a la acumulación de déficits fiscales de los gobiernos de Europa
que están en base misma de la crisis del estado benefactor. Todos los cálculos
actuariales realizados hace 40 o 50 años han caducado porque los avances de la
medicina han estirado la vida 20 o 30 años. La gente vive más años, los
jubilados cobran su haber durante muchos años y todas las cajas revientan.
Es
gracioso ver a sindicalistas kirchneristas defender a sangre y fuego sus
jubilaciones de 15.000 pesos mientras aceptan que su líder abone 1.800 al 80%
de los jubilados nacionales. Han de pensar que el gobernador de Córdoba está
bajo el influjo de un ataque de perversión o de locura que lo lleva a reducir
las jubilaciones aún sabiendo que eso le quita votos, le complica la
gobernabilidad y horada sus aspiraciones presidenciales.
Hay
que reconocer que el propio gobernador no es completamente ajeno a la situación
que hoy padece. Ha sido él quien jubiló anticipadamente a miles de empleados
bancarios, docentes y administrativos, aumentando así el gasto que ahora le
preocupa y complica.
Como
sea, la situación de la Caja de Jubilaciones de la Provincia, vista en
perspectiva, carece de viabilidad con estos parámetros. Y es una fuente de
inequidad y de privilegio pues establece deferencias notables entre pasivos que
han realizado actividades similares, unos para el sector privado y otros para
el estado. En definitiva, los unos sostienen el haber privilegiado de los
otros.
El
gobernador intenta acomodar las cuentas a la espera de un futuro acuerdo con la
Nación que le permita cerrar los números y mantener la calma en la provincia al
menos mientras dure su gobierno. Porque, seamos claros: cada gobierno tiene el
estrecho horizonte de su propio período, sin importarle demasiado la viabilidad
a mediano o largo plazo de sus propios actos de gobierno. Después vendrán otros
gobernantes a los que la bomba puede explotarle pero eso no es algo que
preocupe a quienes les toca gobernar hoy. Rige un cortoplacismo riguroso.
El
problema de la Caja no es sólo de números. Es de conceptos. Es de equidad. Es
de políticas. En este tema nadie se anima a hablar de inviabilidad. Eso no es
políticamente correcto. Al que diga eso, nadie lo vota.
Algo
así le sucedió a Ramón Mestre, padre. Tenía la mala costumbre de ajustar ahí
donde él pensaba que hacía falta, para beneficiar los números de la provincia.
Y
eso, ya se sabe, no se perdona.
2 comentarios:
SABES QUE A LOS EMPLEADOS DE LA EPEC LE DESCUENTAN MAS QUE A TODOS LOS OTROS TRABAJADORES EL IMPORTE PARA LA CAJA DE JUBILACIONES? PRIMERO CERCIORATE BIEN DE LO QUE ESCRIBIS
Sería bueno que los empleados de EPEC se banquen su propia caja de jubilaciones, sin ayuda de la Provincia. En ese caso, veremos cuánto cobran.
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