martes, 25 de febrero de 2014
En Venezuela está en marcha otro "Caracazo". Por Jorge Castro
Todo indica que en Venezuela está en pleno desarrollo un nuevo “Caracazo”, con una movilización generalizada de la totalidad de los sectores sociales, y en la que el elemento decisivo de la crisis tendrá lugar al producirse la participación masiva de la marginalidad del Gran Caracas, la más combativa del continente, que por cuatro veces ocupó la capital desde 1958.
En el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez se produjo el último Caracazo (27/02/89-04/03/89). Los marginados del Gran Caracas, que viven en los “barrios” de las alturas de la capital, saquearon e incendiaron las zonas residenciales, edificios públicos, comisarías, hasta que la intervención del ejército los desalojó -encabezados por los paracaidistas de Maracay-, a un costo de 5.000 vidas.
La crisis venezolana ha adquirido un carácter orgánico (político/económico), mediado por el descontrol fiscal y el déficit del sector externo, que este año experimenta el primer saldo negativo de su historia. Tres son los rasgos que caracterizan al sistema chavista en el momento actual: el profundo debilitamiento del presidente Nicolás Maduro, que agudizó el vacío de poder provocado por la desaparición de Hugo Chávez; la completa militarización del régimen, que le otorga al ejército el control de la totalidad de los resortes de poder; y un déficit fiscal de 15%/20% del PBI, que se ha trasladado al sector externo, cuando le restan al Banco Central US$ 15.000 millones disponibles.
Venezuela es el quinto país petrolero del mundo y posee las mayores reservas del planeta, por encima de Arabia Saudita. Las exportaciones de crudo le brindaron ingresos entre 1999 y 2013 por US$ 760.000 millones.
Chávez llegó al poder en 1998 y el precio del crudo era US$ 8/barril. Ahora es US$ 107.
El punto álgido de la crisis venezolana es el siguiente: llenar el tanque de combustible de un automóvil salía US$ 0,11 en diciembre de 2013; y recuperar el precio que tenía en 1998 exigiría multiplicarlo por 122, lo que exige una devaluación de 300%.
El subsidio implícito tiene un costo fiscal de US$ 45.000 millones al año.
La identidad venezolana se funda en la convicción de que Venezuela es uno de los países más ricos del mundo; y tienen razón. Los “petroestados” se caracterizan por su economía rentística y la debilidad de sus instituciones. El petróleo es la única fuente de renta genuina y el resto de la sociedad se encuentra básicamente subsidiada.
El chavismo realizó una gigantesca transferencia de recursos hacia los sectores populares.
Por primera vez en la historia venezolana, la marginalidad recibió en forma directa 30%/35% de la renta petrolera, a través de las “misiones sociales” y con la gestión de los voluntarios cubanos. La tasa de inflación asciende a 56% anual y la carencia de recursos básicos (especialmente de la canasta alimentaria) alcanza a 40%. Por eso Maduro ha iniciado, forzadamente, el inexorable proceso de ajuste. Las importaciones cayeron 12,1% (US$ 8.200 millones) en el último trimestre de 2013, el bolívar se devaluó 32% y el tipo de cambio oficial (SITME) fue eliminado, a través el cual se habían perdido 30% de las reservas el año pasado.
Por eso el bolívar perdió 70% de su valor en 12 meses.
El chavismo ha vuelto a su fuente y a su razón de ser, que es el ejército.
Hugo Chávez es inseparable del protagonismo político de los militares venezolanos.
El teniente coronel Chávez fue el jefe de la juventud militar que se insurreccionó contra la República de Punto Fijo (1958-1998), el 4 de febrero de 1992; y hoy son sus camaradas de promoción los que controlan el país y las instituciones castrenses.
El ejército de Venezuela se tornó chavista por el liderazgo extraordinariamente carismático del jefe de la insurrección del 4 de febrero de 1992.
Es el ejército de siempre, que tiene ahora entre sus manos la totalidad de los recursos de poder y cuando está en pleno desarrollo un nuevo “Caracazo”.
1 comentario:
Calla a sabiendas q el 30/35% ingreso renta del petróleo, o sea u$d266 mil millones fueron a los sectores más pobres, q más abajo afirma J. Castro.
Sitúa la contradicción en América Latina entre "autoritarismo" y democracia. Sin decir una palabra de cómo llegó la democracia al mundo: bajo el hacha sangrienta de Cronwel y el invento de monsieur Guillotine. ¿Pretende q repitamos el ciclo de Inglaterra y Francia del siglo 17/18.
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