Por recomendación de DVG comencé a leer Cuentos Chinos días atrás. Pobre Oppenheimer; buena parte de sus supuestos se cayeron como un castillo de naipes, al desplomarse la economía global. Oppenheimer escribe bastante bien, pero lo hace en un estilo lineal, feliz; ha perdido la maldad intrínseca de todo argentino de ley.
No sospecha de casi nadie, cree o simula creer en lo que le dicen los políticos de países "serios" y exhibe cierto funcionalismo mecanicista en sus argumentos. También es demasiado amigo de generalizar y extrapolar. No deja de ser muy divertido e incluso instructivo leerlo, pero debería reescribir todo el libro a partir de la resaca post Bush.
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